YO NO, LA CULPA LA TIENE MI PADRE.

En las mediaciones que recibo a diario, el hijo adulto se queja del padre; No me supiste querer, atender mis necesidades, escucharme, conocerme…

Puede ser cierto, pero al ver la carencia que tenemos, el resto del trabajo es nuestro. El principio de la sanación, el esfuerzo de recuperación está en nosotros:

  • Observa lo que te duele y desde donde.
  • Busca ayuda, terapeutas, libros, videos, hay cientos. Sabrás que la has encontrado cuando te suene, “esto es mío”.
  • Y trabaja, sigue, no te canses, el camino es largo, pero cada vez más llano.

Si deseas crecer, en esta dinámica, mirarás a tu padre y razonarás que no pudo hacerlo mejor dentro de sus conocimientos y circunstancias. Si comienza la comprensión y la compasión hacia él, le habrás recuperado. Nadie te dice que te guste cómo es o que compartas su forma de ser o pensar, sólo habrás entendido que no pudo ser de otra forma.

Entonces habrá comenzado en ti tu mejor cambio, serás tú mejor.

Mª José Zaragoza, 7-1-25.  

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *